La amistad es un constructo social, de eso no hay la menor duda. Cada uno atribuye a una relación afectiva determinados elementos en base a su cultura, experiencia y personalidad. Hay personas que consideran muy importante la apariencia en una amistad, mientras que otros piensan que es más importante tener gustos comunes, otros se centran en ideología y otros en carácter. A lo que todos podemos llegar, es que, una amistad sana se trata de una relación afectiva con responsabilidad y unos cuidados básicos, donde todos los integrantes de dicha relación son tratados adecuadamente en base a sus necesidades y características. Es decir, con equidad.
Gracias al trabajo de nuestras compañeras, hemos podido averiguar qué ahora y mucha más gente tienen amigos virtuales donde la interacción personal escasea y muchas veces no llega a haber una conexión física real. Se han creado muchos mitos y leyendas para generar miedo a las relaciones virtuales y, por supuesto, hay que tener cuidado. La información es poder, y no cualquiera puede tener eso de nosotros pero esto ocurre, desde mi punto de vista, tanto a nivel físico como virtual. Una persona puede ser dañina a distancia o viviendo a tu lado. Internet te aproxima a la gente y hay gente buena y mala. Es una ventana al mundo como lo puede ser socializar en bares, discotecas o encuentros culturales.
El mayor miedo que se suele generar en base a las relaciones virtuales es que las identidades sean falsas, pero aquí propongo una cuestión. ¿Quién no ha conocido a alguien en persona que se ha inventado cosas de su vida para llamar la atención o fabricarse una falsa reputación? ¿A quién no se la ha jugado alguna vez un supuesto amigo con el que tenía una relación cercana y presencial?
Mi opinión es que las relaciones entre humanos son complejas pues todos somos diferentes. Unos tienen unas necesidades o actitudes que pueden encajar o no con otras personas. Esto ocurrirá de forma presencial y de forma virtual, no podemos seguir gestando ese miedo a la redes sociales porque el peligro, realmente, puede venir de cualquier flanco. En mi experiencia personal, he tenido amigos a través de la red, que con el paso del tiempo se convirtieron en buenos amigos, incluso uno de ellos es mi pareja actual con la que próximamente celebraré cinco años de relación.
En lo que sí estoy de acuerdo es que, actualmente, la redes sociales se han convertido en una ventana demasiado amplia, la gente pública absolutamente todo lo que hace y eso no puede ser sano a nivel psicológico, ya que normalmente lo que se busca es la aceptación ajena debido a una baja autoestima o inseguridades. De esto puede proceder la necesidad de sobrexponerse en internet. Aquí podemos cometer el gran error de publicar información indebida que pueda usarse más tarde en nuestra contra y a diferencia de una conversación presencial, en internet siempre queda un registro.