Resulta sumamente complicado realizar un ayuno digital cuando trabajas o tienes responsabilidades en las que la comunicación directa es vital.
Por ello, aproveché un día libre, de los cuales dediqué tiempo a lecturas, dibujo... Me alejé del teléfono y del ordenador, pero llegó un punto en el que se me necesitaba activa en WhatsApp. Por ello, no pude cumplir las 24 horas.
Sin esos inconvenientes, creo que habría podido cumplir las expectativas de este proceso, ya que no eché en falta los dispositivos en ningún momento. Fue un tiempo completamente dedicado para mí y mi paz interior.